jueves, 13 de enero de 2011

Caminar

Quisiera alcanzarte
pero tus pies
caminan a la velocidad
de la luz.
Se dibujan
y en un segundo
caen del mapa.
¿Estás ahí?
No puedo verte.
Me desespero
y sin embargo
no logro compensar
nuevamente
esa sensación
de choque frenético
de tus pasos sobre los míos:
Jugando a perseguirnos.

Contradictorio.



Eres tan grandioso
como etéreo.
Tan alegre,
pero distante.
Me sumas la alegría
o la restas con una palabra.
Endulzas
o envenenas.
Pides mis labios
y más tarde me des-pides.
Te bañas de enamoramiento
y de a ratos te fastidia.
Cortas.
Me llamas.
Te llamo.
Y corto.
Quieres,
o aborreces.
Tu amor es la lluvia
de contradicciones
más encantadora
y molesta.
El tiempo
a nuestro favor
demuestra impetuosamente
que la pasión, intacta
fabrica tantos besos
y caricias
que llenan el espacio
de las dudas y negaciones.

PensARTE

Me dejo cautivar
con tus pupilas ardientes.
Que se enfrentan al éxtasis
y acaban mi soledad.

Desde el ímpetu
o tal vez,
la cobardía
embellezco frente a tú risa.

Observo tus manos,
sin temor a gastarme
la vista.

Te despides,
bajo la madrugada,
que se inquieta,
de repente
con tan sólo
volver a pensarte.