Quisiera alcanzarte
pero tus pies
caminan a la velocidad
de la luz.
Se dibujan
y en un segundo
caen del mapa.
¿Estás ahí?
No puedo verte.
Me desespero
y sin embargo
no logro compensar
nuevamente
esa sensación
de choque frenético
de tus pasos sobre los míos:
Jugando a perseguirnos.