miércoles, 30 de marzo de 2011

Emmanuel Moire Sans dire un mot (Español)

IM-POSIBLE

Me imposibilito al verte.
Quizás, el verte me imposibilita.
Te acaricio con el borde de la razón.
Y lo contradictorio distorsiona
el futuro más inmediato.
Cuán posible e imposible
ha de ser algo tan bello
y estúpido como el amor.
Quisiera llamar,
al menos telepáticamente:
los besos absurdos
guardados en el cajón.
La mirada posible
que imposibilita observar.
Tan retórico.
Que los deseos,
sobrepasan finales.
Todo, lo posible e imposible.
Me seduce.
Río tranquila
y convincente,
estás al límite
de todas mis posibilidades.

Mirada

Confieso,
que cuando te miro
se avecinan los recuerdos.
Tiemblo.
Si pudiera
te acribillaría
de amor
con mis pupilas.
Lánguidas
o firmes.
Hoy,
te abrazo con mis pestañas.
Y dejo que tus manos
rocen el alma.
Despertaré,
una vez más
con el deseo intacto
de volver a observarte.

lunes, 28 de marzo de 2011

Garganta


Aguavivas me recorren
la garganta.
Y en verdad,
son las huellas
del silencio.
Quisiera decir
que me atraviesas
el alma
de par a par.
y también,
lo impar.
Cuantitativamente,
el balance del amor
me estremece.
Mi faringe se agrieta
al pronunciar
tu nombre.
Pero confieso
que lo gasto
en la mente.
Y me recorre
cada átomo.
Revolucionas
la conciencia.
Aunque lo calle
guardo las palabras
hasta el momento,
exacto,
de poder gritarlas.
Y así,
finalmente
lograr liberarme.

domingo, 27 de marzo de 2011

Alma Bis

Te busco, llamo, dudo.
Y no soy yo,
mi espíritu
se agrieta
y comete torpezas.
Me retuerzo.
Tal vez,
me indigesto
con tantas mariposas.
Y pregunto,
¿qué me une?
Además
del paso
por
más de una vida.
Quisiera abrazarte
y cubrir la pena
con mis suspiros.
(que te pertenecen).
La distancia,
no significa kilómetros
porque te siento tan cerca
que mi corazón
podría golpear tu puerta
con la fortaleza
de mis latidos.
En este mundo violento
construyo un reparo
al filo de tu voz.
Y te querré,
tan profundamente
hasta que las almas
vuelvan a encastrarse.

Alma


A la otra parte de mí, más allá de océanos y continentes…

Te conozco de forma tan exhaustiva y minuciosa. Me asusto. Te velas en mis noches, y juegas con mis sueños. Debo confesar, que leí más de una vez, sobre almas gemelas y, aunque me dijeron, que nos hemos reencontrado, trato de unir la lluvia de sin motivos. Que yo, pueda verte aún sin que mis ojos, descansen en tu mirada. Y que construya absolutamente, todo lo que te pase. Nadie te conoce y sin embargo puedo dar cátedras sobre ti.
Mi espíritu, nuevamente te llama, porque en esta existencia, tenemos demasiado que aprender. Y te quiero, que se me desestructura la médula, o quizás, a través de los años, vuelvo a repetirlo.
Quien me hace llorar, bebe mis angustias, me entibia la voz, con una sonrisa, únicamente, esa persona, eres tú.
Desde el pasado, el reencuentro, nos selló en esta nueva vida. Conforme y segura, que no es la primera vez, absorberé el tiempo que nos falta, y moriré tranquila, porque si no resulta ésta, tarde o temprano, volveremos a buscarnos.

Tregua


   Agotaré las partículas del silencio.
Con el objetivo
de escuchar las voces
en mis contradicciones.
Yo quisiera,
eliminar de calendarios
la soledad del domingo.
Y que la rutina se vuelque
como una taza de café,
desparrame los hálitos
de tristeza que aún quedan.
Arrancaré los brotes
de maldad e injusticia.
Y dormiré tranquila
cuando la tregua
plante su bandera.

domingo, 20 de marzo de 2011

Navegar sin rumbo

Me guardo en la fragilidad de los días.
En la tiza con la que escribí esperanza.
O quizás, en el aire otoñal
que recién comienza.
¿Para qué acomodar
con tanta perfección las hojas?
Si finalmente, se desploman.
Mi cuerpo es un volcán
en plena erupción.
La lava me lastima.
Y los gases envenenan.
El ambiente
contamina aún más
aquellos sueños.
Mi garganta siente
el filo de millones
de cuchillos,
aunque sólo fueron palabras.
Enmudezco ante la injusticia.
Han logrado anestesiarme,
romper en pedazos
lo poco que queda aún de mí.
Ya no intento buscar advertencias.
Estoy guardada,
en la mezcla rara de sensaciones,
un poco confundida.
Subiré al barco
de las emociones malgastadas.
Sin tripulante,
al abismo
navegaré arrojando la brújula
y dormiré,
creyendo que todo
ha sido una cruel pesadilla.
Me encontrarán
en el naufragio
de los recuerdos invaluables.