Agotaré las partículas del silencio.
Con el objetivo
de escuchar las voces
en mis contradicciones.
Yo quisiera,
eliminar de calendarios
la soledad del domingo.
Y que la rutina se vuelque
como una taza de café,
desparrame los hálitos
de tristeza que aún quedan.
Arrancaré los brotes
de maldad e injusticia.
Y dormiré tranquila
cuando la tregua
plante su bandera.
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