que cuando te miro
se avecinan los recuerdos.
Tiemblo.
Si pudiera
te acribillaría
de amor
con mis pupilas.
Lánguidas
o firmes.
Hoy,
te abrazo con mis pestañas.
Y dejo que tus manos
rocen el alma.
Despertaré,
una vez más
con el deseo intacto
de volver a observarte.
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