martes, 6 de noviembre de 2012

Duele.



Que ganas desaparecer.
Borrar todo.
Estoy tan confundida.
Ya no sé querer.
Ya no sé dar la cara.
Mirar con ojos sabor pérdida.
Ya no sé si estás.
Quién me contiene.
Inmóvil.
Este cuerpo.
Piedra en el abismo.
Sostenida de un filo.
Tambalea.
Me dejaré caer.
El viento escinde el aire.
Respirar hondo.
Hasta que se fracturen los huesos.
Duelen más las ausencias.

Memoria Rota.


¿Quién puede dibujar tu alma sensible?
Las palabras sabias en las adversidades.
La ayuda que re-crea esperanza.
El abrazo cálido.
La sonrisa cómplice.
¿Quién logra pintar tu frescura?
¿Cómo se abarca la multiplicidad de tornasoles?
¿Quién permite retener el paso de tus lágrimas
y congelarlas en el aire?
Guardarlas. Hacerlas desaparecer.
Tus penas ya no resultan islas.
En esa sensación de compartir.
Quizás, tu voz forja puentes.
¿Quién puede conmoverse?
Dejar el corazón expuesto.
Como un árbol sin hojas nativas.
El color dimensiona.
Tu bondad imposible.
No se obtiene de reflejar
el ritmo de los pensamientos.
El cariño no satura.
La sensibilidad tampoco.
¿Quién te deja ir sin llevar tu impronta/ sello de paz?
Tantas preguntas con respuestas interrogativas.
Sólo me queda la dicha
de caminar la vida
con las manos.
Que rebalsan agua del recuerdo,
presente de brillo,
futuro vibrante.
Todo eso que increíblemente
nos
hace
MÁS GRANDES.
26/10


A-RTE




Quiero dibujar.
Los lápices se convierten
en blancos.
Blancos lápices
en hoja blanca.
Lo que dejo resulta invisible.
¿Por qué nadie puede apreciar
lo que no existe?
O quizás, lo que aún
no se logra ver.
Nadie confía.
Algún día crecerán esos lápices
y se volverán arco iris.
No tengo herramientas.
Ni práctica.
Ni técnica.
Ni modelos que copiar.
La “habilidad” de la palabra
ocupa ESPACIO.
Y surgen frustraciones.
Esa sensación de la NADA
entre las manos.
De inhabilitada.
De la NO ACCIÓN.
Quiero dibujar un suspiro.
Un cielo enamorado.
La angustia de la luna.
El refugio de unos brazos.
La sonrisa cómplice sin falsedad.
Ya sé.
No podré finalmente dibujar bien
o lo haré mal.
¿Quién me califica?
Heredé del arte
lo que deja el silencio:
Un

 vacío
que atraviesa al alma.
26/10

ÉL.



A Marilina.
Cortázar, Julio.
Únicamente él.
Alas en la GRAN-diosa
Lectura.
Él.
Su cielo.
Transparente.
Pu               en             tes.
¿Quién logra
observar
su ES-PE-JO?
Esas paredes
que se abren hacia el mundo.
Espacio geográfico
de mirada límpida.
Literatura diáfana.
Nada lo “a-tormenta”.
Julio en dos palabras:
INCONTINENCIA
EMOTIVA.

25/10

Vos + Yo + Nosotros




No puedo ayudar a que no sufras.
Sin embargo, intento que derribes
tus paredes forjadas de temor,
egoísmo, en este mundo tan violento
del que formas parte.

No puedo vivir tu vida,
pensar en tu lugar.
De todas maneras,
anhelo darte herramientas
que ayuden a re-significar
tu universo: valorarlo- apropiarlo.
Esas que te inspiren paz
en las más dolorosas tormentas.
Esas que pinten un arco iris
en lo negro.
Moldear tus manos
cuando no quieras escribir.
Susurrar tu voz en el silencio.
Esto atraviesa mis días,
pensamientos, sensaciones.
Básicamente un eje.
Eje colectivo que aspira
a transformar, a contribuir, a participar.
No lo llamo “trabajo” en sí.
Lo considero una misión.
Una red que va ganándole
espacio a las cadenas del miedo.
De la lucha no vencida.
Mis AMIGAS funcionan de islas
en este proceso.
También construyen nuevos sueños.
El principal objetivo:
Trascender más allá de todo.
Y eso… lograremos.

25/10