No puedo
ayudar a que no sufras.
Sin embargo,
intento que derribes
tus paredes
forjadas de temor,
egoísmo, en
este mundo tan violento
del que
formas parte.
No puedo
vivir tu vida,
pensar en tu
lugar.
De todas
maneras,
anhelo darte
herramientas
que ayuden a
re-significar
tu universo:
valorarlo- apropiarlo.
Esas que te
inspiren paz
en las más
dolorosas tormentas.
Esas que
pinten un arco iris
en lo negro.
Moldear tus
manos
cuando no
quieras escribir.
Susurrar tu
voz en el silencio.
Esto
atraviesa mis días,
pensamientos,
sensaciones.
Básicamente
un eje.
Eje
colectivo que aspira
a
transformar, a contribuir, a participar.
No lo llamo
“trabajo” en sí.
Lo considero
una misión.
Una red que
va ganándole
espacio a
las cadenas del miedo.
De la lucha
no vencida.
Mis AMIGAS
funcionan de islas
en este
proceso.
También
construyen nuevos sueños.
El principal
objetivo:
Trascender
más allá de todo.
Y eso…
lograremos.
25/10