martes, 6 de noviembre de 2012

A-RTE




Quiero dibujar.
Los lápices se convierten
en blancos.
Blancos lápices
en hoja blanca.
Lo que dejo resulta invisible.
¿Por qué nadie puede apreciar
lo que no existe?
O quizás, lo que aún
no se logra ver.
Nadie confía.
Algún día crecerán esos lápices
y se volverán arco iris.
No tengo herramientas.
Ni práctica.
Ni técnica.
Ni modelos que copiar.
La “habilidad” de la palabra
ocupa ESPACIO.
Y surgen frustraciones.
Esa sensación de la NADA
entre las manos.
De inhabilitada.
De la NO ACCIÓN.
Quiero dibujar un suspiro.
Un cielo enamorado.
La angustia de la luna.
El refugio de unos brazos.
La sonrisa cómplice sin falsedad.
Ya sé.
No podré finalmente dibujar bien
o lo haré mal.
¿Quién me califica?
Heredé del arte
lo que deja el silencio:
Un

 vacío
que atraviesa al alma.
26/10

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