jueves, 16 de diciembre de 2010

DESPEDIDA



Quien lea mi dolor,
me estará fortaleciendo.
La bondad,
me toma con prisa
y me lleva,
despacio,
a cielos anestesiados.
Me enveneno
con los sueños
que aún yacen
desparramados
sobre el borde de mi cama.
Todo cuanto di.
Todo lo que fui.
Las charlas,
la familia,
los amigos,
los traidores
los amores
que entumecen.
A quienes amé
los que quise.
El silencio,
al otro lado de la vía
me recibirá
con brazos abiertos.
Cierro los ojos
y me despido:
Hasta luego!
Ojalá sea el paraíso
quien me cubra de fortuna.

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