Amar a Cortázar
resulta una pasión endémica.
Porque ese tal Julio
magnifica lo bello.
Todo cuanto se logra
en la palabra.
Te trae de “La otra orilla”
hacia el festejo de “Rayuela”
y memorias ambivalentes.
En las “Deshoras” tristes, huecas, vacías
fulgura motivos y razones.
Sombras de mapas con “Territorios” póstumos
desde donde se reconstruye todo lo demás.
“Alguien que anda por ahí”
seguro está leyendo
estos “Papeles Inesperados”.
Y hacia el “Final del juego”
comprenderá que en el “Último round”
la vida será la llave
para nuevos comienzos.