viernes, 29 de abril de 2011

Entrega

Te toco,
cada vez que te pienso,
las neuronas
desprenden canciones
de la mente.
Te toco,
cuando recuerdo tú mirada
y la forma en que
se emociona.
Te toco,
cada vez que respiro
y el oxígeno me recorre
la sangre.
Te toco,
cuando menciono tu nombre, despacio,
para que no te escondas.
Te toco,
cada vez que piso tus calles
o miro la ventana
o proyecto ilusiones.
Te pienso,
excesivamente;
al menos un instante del día.
y me pregunto por dónde
navegarán tus horas.
Sé que jamás me has tocado,
como yo.
Sin embargo,
estoy dispuesta
a entregar mi corazón
una vez más
a quien lo abrace…
…plenamente:
sin temor ni maldad.

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