domingo, 8 de agosto de 2010

Despréndete...


Creemos que algunas personas son el eje vertical de nuestras vidas. Cuando en realidad, no nos tenemos más que a nosotros mismos. Nacemos y nos cuidan. Nos protegen. Nos ayudan. Es la etapa de formación de vínculos que nos atraviesan la memoria. Se reproduce ese modelo hasta que nos damos cuenta de que no sirve e intentamos cambiarlo. Nadie puede ser el centro de la existencia, porque nos volvemos dependientes y agresivos. Se complejiza la búsqueda de una salida, pero en realidad las puertas están abiertas, hacen fila para que echemos los miedos y recorramos dignamente el paisaje de los días.
Y si lo cotidiano no sirve, cambia de rutina. Si esa persona que sentiste importante hoy ya no forma parte del ropaje de tu presencia, no se consolidó un lazo profundo. De eso se trata, de que construyamos relaciones profundas, que no gane la superficialidad, que no recibas un enojo como respuesta si le expresas con serenidad las piezas de tu alma. Tomar las riendas de tu propia vida, está en tu destino. No te entretengas con pasatiempos, con estupideces, observa, rescata siempre lo valioso. Despréndete… hoy es el momento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario