... Un espacio que se reconstruye con el dinamismo de la vida propia, avanza, retrocede, se equivoca, respira, comienza, se marcha, toma las riendas, la esperanza deja huellas en el abismo que glorifica el universo... aquí estamos, tocando las puertas del todo o la nada...
martes, 28 de febrero de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
Extrañar.
Siento que te extraño y me invade la tristeza,
que se escurre entre el filo de mis ojos.
Te cobijo entre las orillas de las pestañas
sin brillo, sin maquillaje, que pueda cubrir el vacío.
Mis manos vuelan hacia los sueños pretéritos.
Y no queda más que silencio
que no logras citar,
porque mis palabras no se leen.
Soy una mujer invisible.
Esclava de una lluvia de besos robados.
Si al menos, lograra desterrarte.
Volvería a respirar sin este aire de distancia
que corrompe de a poco mi oxígeno.
Siento que te extraño:de la mañana a la noche,
de la tarde a la madrugada.
El tiempo pasa tan lentamente.
Que me derrumbo en cada tic tac del reloj;
ese que tan solo marca más segundos de lejanía.
Mar.
Las olas se llevan los últimos recuerdos
de este absurdo mar de dudas.
Y quisiera desprender mi corazón,
que se arremete en la bravura
de los sueños huecos.
Entre las piedras golpeando la nada.
La espera me eleva en la profundidad
de un horizonte que se desdibuja.
Y no me deja ver más.
El mar, me llena de cálida vibra.
Sin embargo es todo tan perfecto
que si te tuviera,
podría leer en mi mente
que la felicidad todavía existe.
jueves, 2 de febrero de 2012
miércoles, 1 de febrero de 2012
Mates.
Tomo mates amargos
porque me falta el dulce.
Me falta la dulzura
de quien ama y protege.
Tal vez, encuentre entre la yerba
lo bueno del amor.
Este mate frío no significa más
que un revoltijo de sensaciones.
Este nudo vacío de palabras
se quema en silencio.
Logro ver fragmentos de mí misma
zambulléndose en la nada o el todo.
Este mate solitario,
espera la correspondencia.
Aguarda una mano que alcance.
Una mueca de cariño
para revivir su lavado.
Bebo el agua para no inundarme
en un mar incompleto de dudas.
Y con el último sorbo respiro
la esperanza de no estar equivocada.
Tormenta.
Llueve y mi cuerpo está nublado.
Al igual que mi mente.
Mis besos corren detrás del amor.
Pero no encuentro más que vacío.
Mis ojos. Si pudiera sacar estos ojos
que se pierden en el mirar.
Los truenos me agotan la cabeza.
Y duelen las gotas al caer
porque me invaden imágenes
de recuerdos guardados.
Como el alma misma.
Si pudiera hablar, la garganta
hurtaría los nudos del silencio.
Y los rayos se cosechan en la espera.
Esta lluvia no es igual.
Porque sin la protección del afecto
(en reciprocidad)
todo queda en la intemperie.
Como yo.
Quizás, mis sentimientos,
se revuelven en la lluvia.
Me quedo quieta.
Y dejo pasar el tiempo
para que traiga de nuevo el sol
de tu mirada, apilada sobre la mía.
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