domingo, 7 de agosto de 2011

Rompecabezas.


Muchas veces considero a la vida, como un rompecabezas. Por momentos, se desarma y ocasiona un vértigo de emociones que convergen entre sí. Sus piezas, la forman las distintas personas que nos acompañan por el viaje de los días. Algunas, de pronto, se evaporan y creemos que el mundo no seguirá en pie. Pero seguimos jugando a ordenar cada pieza en su lugar. Otras, aparecen de repente, traen luz, funcionan de eje, mágico y constante.
Sin dudas, a lo largo del tiempo, he sido beneficiada con gran variedad de piezas: fantásticamente, de encajar, otras que casi de manera perfecta bordean las sensaciones.
Confieso, que he llorado, pensando que jamás lograría equipar sanamente ese rompecabezas, que es la vida.
Sin embargo, lo estoy armando, minuto a minuto. Convencida, que al final del camino todo encastrará sabiamente con la fe y el entusiasmo, compartido, de esas grandes piezas que forjaron mi camino.

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