jueves, 28 de octubre de 2010

Diapasón

Tu voz,
resuena en la caja
torácica
que envuelve
a mi alma.

Te escucho
me escuchas
y vibra el espíritu.

Un beso
que escala
las más intensas
profundidades.

No temas,
mis pasos dejan atrás
la congoja.
los tuyos,
en cambio
fabrican esperanza.

La mirada que estremece.
Vos,
yo,
una aspiración.

Deseos.
Sin dudas
ni barreras.


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