viernes, 13 de agosto de 2010

Espíritu colectivo: la lectura

Yo no escribo para que alguien me lea. Simplemente, me apropio de las palabras con el objetivo sanitario del despojo, alivianar el peso de la rutina. En cada letra, una parte de mí se construye en la asimilación del aire. Y si gastas un segundo, respiras y calas el oxígeno de la lectura. Tocaré la integridad de los átomos. Quisiera meterme en tus pupilas. Darle fuerza a tu iris: para que vuelvas aquí, te espero dulcemente con la fantasía encendida de tenerte en el rincón del espíritu colectivo.

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