lunes, 16 de agosto de 2010

Shhhhhhhh...

Silencio.
Shhh shhhh, cállate, no expreses;
que me despiertan los sueños.
Y la risa me cobija el alma.
Mudez.
Te dije que no converses.
Tan sólo gestos.
Así, así.
Más lento.
Shhhh shhhh escuchemos:
el sonido del crepúsculo.
El corazón late.
No necesita del habla.

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