domingo, 8 de mayo de 2011

Futuro

Me hiere la distancia, más aún,
cuando las partículas de cercanía
se entremezclan en la negación
de querer lo imposible.
Viajo poéticamente,
al centro del universo,
donde existe, un enorme grifo
que infiltra sentimientos.
Y aunque mis ojos
miren equívocamente.
No me arrepiento de sufrir
porque con él aprendí
a conocer lo dañino.
Llegan los finales
y se arremeten los principios.
Las ventanas se cierran
y aparecen los puentes.
Respiro hondo:
El aire limpio de la bondad.
Me entrego a lo desconocido
y al futuro que me tenderá sus manos.

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