Para llegar a mí, no hay fórmulas, secretas.
Ni recetas paranormales.
Ni complejos indescifrables.
Para llegar a mí,
debes confiar en el valor de la palabra.
Y cruzar la frontera de este mar de sentimientos.
Que si te cansas, te ofrezco mis dos manos
así remar, conjuntamente, con el destino
de los sueños cumplidos.
Para llegar a mí,
no se precisa leer, ni escribir,
tan sólo oír las voces del alma.
O captar, las partículas de amor
que se desprenden del aire.
Y aunque me esconda.
O haya buscado un sinnúmero
de razones para bloquearte de mis pensamientos.
Estoy escribiendo inútilmente.
No busques motivos para llegar a mí
porque ya estás en la tranquera de mi corazón.
Te falta dar ese GRAN PA SO.
Y confieso, que te recibiré
como si hubiera estado esperando
toda la vida.
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