Me retuerzo entre las hojas,
busco sentidos,
para echar las espinas que bordean al corazón.
Quizás, tenga un poco de masoquismo
en mis caracteres genéticos.
Miro, cansadamente,
lo equívoco.
Y me pregunto si la muchedumbre
cambia de ideas.
O las ideas cambian a la muchedumbre.
Soy una gota, que rebalsa ante la nada.
Ya no temo, la soledad me abraza.
Estoy fastidiada, el éxtasis del silencio
me abruma.
En el despiste, por ser fuerte
una lágrima dice hola sobre mis ojos.
Y quien me conoce, advertiría que lloro
fácilmente.
Cada día me estigmatiza.
Y yo,
tan sólo conmigo misma
juego a pensar al amor desconocido.
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